La administración del siglo XXI
Por: Juan Carlos Núñez Armas
El contexto actual demuestra que los problemas de las
sociedades son cada vez más complejos y exigen un alto compromiso por
parte de sus gobiernos. Si cada vez más se requieren soluciones metropolitanas
para los problemas de las ciudades, valdría la pena dirigir nuestra atención a
las tendencias, políticas públicas y
soluciones de las megalópolis.
En la columna pasada reflexionábamos acerca de la
tendencia mundial de las Ciudades Inteligentes que proponen dotar a los
gobiernos de las ciudades de infraestructura tecnológica a fin de brindar
servicios de calidad a sus ciudadanos. El proyecto de las ciudades inteligentes
propone ciudades “hiperconectadas” que permitan a los gobiernos implementar software y nuevas tecnologías de la
información para administrar los recursos públicos, recaudar contribuciones y
prestar servicios públicos; lo importante es subrayar que no sólo se debe hablar
de gobiernos electrónicos sino, de una nueva realidad dentro de las ciudades,
una nueva cultura digital y por consiguiente una nueva cultura administrativa
municipal.

Dentro del ranking de las siete ciudades más
inteligentes de todo el mundo promovido por WTA figuran: Bristol, Eindhoven,
Fredericton, Issy-les–Moulineaux, Moncton, Estocolmo y Tallin. Desde hace 8
años, las dos únicas ciudades latinoamericanas que han sido catalogadas en este
ranking, han sido de Brasil –Piraí y Porto Alegre-, situación que representa un
gran reto para América Latina.
En la actualidad 200 ciudades del mundo están
desarrollando redes inalámbricas municipales, modernizando la ciudad e invirtiendo
en mejorar las condiciones de vida de sus habitantes. El experto en la materia,
William Mitchell, ha señalado que las Smart Cities del siglo XXI serán
"organismos vivos", dotados de inteligencia propia, cuyo sistema nervioso
será internet. Su visión no es tan futurista, hoy en día el ser humano tiene a
su servicio la tecnología y múltiples medios de comunicación.
Las Ciudades Inteligentes pueden generar los siguientes
beneficios: disminuir rezagos educativos y tecnológicos; incentivar el empleo y
desarrollo económico; fomentar la competitividad; crear sistemas de transporte
inteligente y combatir la inseguridad.
Creo en el proyecto de las “Ciudades Inteligentes” porque
representan soluciones tecnológicas, modernas y competitivas para las ciudades.
Quizá sea tiempo de hacer de Toluca una Ciudad Inteligente, o bien, destinar los recursos de la Zona Metropolitana
del Valle de Toluca (ZMVT) al desarrollo e implementación de este tipo de
proyectos.
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